Argentina ha asegurado su primer acuerdo de ventas a largo plazo de gas natural licuado, un paso clave en su apuesta por convertirse en un proveedor global del combustible a medida que se intensifican las perforaciones en su yacimiento de esquisto Vaca Muerta.
Un consorcio de productores de gas natural liderado por Pan American Energy Group, propiedad en un 50 por ciento de la supermayor empresa británica BP Plc, acordó vender hasta 2 millones de toneladas al año de GNL a la empresa estatal alemana SEFE durante ocho años.
El acuerdo, que aún debe concretarse, es «un hito clave para el desarrollo futuro de los recursos de gas de Vaca Muerta», dijo en un comunicado Rodolfo Freyre de Pan American, quien encabeza el consorcio denominado Southern Energy.
El GNL comenzaría a enviarse a Europa a fines de 2027, cubriendo la mayor parte de la capacidad de la primera unidad de licuefacción flotante de Southern Energy, que está siendo proporcionada por Golar LNG Ltd. Golar enviará una segunda unidad a Southern Energy aproximadamente un año después, aumentando la capacidad anual total a alrededor de 6 millones de toneladas.
El acuerdo refuerza las ambiciones argentinas en materia de gas de esquisto. Si bien la producción de petróleo y gas en Vaca Muerta está en auge, el panorama para el gas se ha complicado debido a las mayores inversiones en infraestructura y los acuerdos de suministro a largo plazo necesarios para convertirse en exportador.
Un segundo proyecto, liderado por la estatal YPF SA, aún no ha recibido luz verde oficial. De concretarse, India ha expresado su interés en ser comprador.
El acuerdo llega mientras SEFE, o Securing Energy for Europe GmbH (una antigua unidad de Gazprom PJSC nacionalizada por Alemania después de la invasión de Ucrania por parte del Kremlin) planea finalizar su contrato heredado con Rusia a principios de 2027. Es entonces cuando entrará en vigor la prohibición de la Unión Europea de realizar tratos con GNL ruso, lo que permitirá a las empresas eludir las obligaciones contractuales.
SEFE ha estado buscando nuevas fuentes de suministro en los últimos años, en su afán por cortar lazos con Moscú. El nuevo acuerdo con Argentina, que se basará en el principio de «franco a bordo», depende de la negociación de un contrato de suministro definitivo, según indicó.